La alianza entre Cruz Roja y la Diputación de Córdoba para favorecer el empoderamiento de víctimas de violencia y mujeres en situación de vulnerabilidad ha permitido, en los últimos doce meses, ofrecer apoyo a 353 mujeres en la provincia, lo que supone un nuevo incremento respecto al año anterior, cuando fueron 322 las atendidas.
Gracias al convenio suscrito entre ambas instituciones, mujeres de más de 40 municipios han recibido orientación social y laboral, acompañamiento emocional y capacitación en nuevas tecnologías, entre otros recursos clave para su autonomía.
Este aumento responde, en parte, a que desde el año pasado se atienden todas las formas de violencia hacia la mujer (de pareja, doméstica, violencia sexual...), así como a la creciente coordinación entre los distintos agentes implicados en su protección.
“Muchas de las mujeres que llegan a Cruz Roja lo hacen con miedo, con dudas, y en situaciones de gran vulnerabilidad. Nuestro papel es acompañarlas desde el respeto, ofrecerles herramientas para recuperar su autonomía y que puedan volver a sentirse seguras y capaces”, explica Carmen Cabello, técnica de Cruz Roja responsable del proyecto.
La mayoría de las beneficiarias son también usuarias del Servicio Telefónico de Atención y Protección (Atenpro) para víctimas de violencia de género, que gestiona Cruz Roja. A través de este servicio, las mujeres disponen de un terminal móvil conectado 24 horas, los siete días de la semana, al centro de atención de la organización, que combina tecnología y apoyo psicosocial profesional.
“En el ámbito rural, la violencia de género tiene un impacto aún más profundo. El aislamiento, la falta de recursos y la normalización del maltrato hacen que muchas mujeres no sepan a dónde acudir. Por eso, nuestro voluntariado juega un papel esencial, manteniendo un contacto cercano y constante con quienes más lo necesitan”, añade Cabello.
Además de la atención directa, el proyecto contempla el acompañamiento a mujeres con otras problemáticas, como el desempleo, la falta de redes de apoyo o la escasez de recursos económicos. También se cubren, en algunos casos, las necesidades de ocio de sus hijos e hijas, a través de otros programas de la organización.
“Nuestro objetivo es que ninguna mujer se sienta sola. Queremos que sepan que hay una red que las apoya, que las escucha y que camina con ellas en su proceso de recuperación y empoderamiento”, concluye la técnica, quien recuerda que esta alianza, que también incluye acciones de sensibilización, es posible gracias al compromiso del voluntariado de Cruz Roja y a su red de asambleas locales, que permite ofrecer un recurso de proximidad y con conocimiento del entorno.
Gracias al convenio suscrito entre ambas instituciones, mujeres de más de 40 municipios han recibido orientación social y laboral, acompañamiento emocional y capacitación en nuevas tecnologías, entre otros recursos clave para su autonomía.
Este aumento responde, en parte, a que desde el año pasado se atienden todas las formas de violencia hacia la mujer (de pareja, doméstica, violencia sexual...), así como a la creciente coordinación entre los distintos agentes implicados en su protección.
“Muchas de las mujeres que llegan a Cruz Roja lo hacen con miedo, con dudas, y en situaciones de gran vulnerabilidad. Nuestro papel es acompañarlas desde el respeto, ofrecerles herramientas para recuperar su autonomía y que puedan volver a sentirse seguras y capaces”, explica Carmen Cabello, técnica de Cruz Roja responsable del proyecto.
La mayoría de las beneficiarias son también usuarias del Servicio Telefónico de Atención y Protección (Atenpro) para víctimas de violencia de género, que gestiona Cruz Roja. A través de este servicio, las mujeres disponen de un terminal móvil conectado 24 horas, los siete días de la semana, al centro de atención de la organización, que combina tecnología y apoyo psicosocial profesional.
“En el ámbito rural, la violencia de género tiene un impacto aún más profundo. El aislamiento, la falta de recursos y la normalización del maltrato hacen que muchas mujeres no sepan a dónde acudir. Por eso, nuestro voluntariado juega un papel esencial, manteniendo un contacto cercano y constante con quienes más lo necesitan”, añade Cabello.
Además de la atención directa, el proyecto contempla el acompañamiento a mujeres con otras problemáticas, como el desempleo, la falta de redes de apoyo o la escasez de recursos económicos. También se cubren, en algunos casos, las necesidades de ocio de sus hijos e hijas, a través de otros programas de la organización.
“Nuestro objetivo es que ninguna mujer se sienta sola. Queremos que sepan que hay una red que las apoya, que las escucha y que camina con ellas en su proceso de recuperación y empoderamiento”, concluye la técnica, quien recuerda que esta alianza, que también incluye acciones de sensibilización, es posible gracias al compromiso del voluntariado de Cruz Roja y a su red de asambleas locales, que permite ofrecer un recurso de proximidad y con conocimiento del entorno.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: CRUZ ROJA ESPAÑOLA
FOTOGRAFÍA: CRUZ ROJA ESPAÑOLA






























