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Rafael Soto | Por una izquierda diferente

Todo demócrata español tiene el deber de combatir el autoritarismo sanchista. Ahora bien, esta obligación ética no puede derivar en un giro hacia la derecha, pues sería entrar en el juego de la trinchera, que tanto gusta a los radicales. Todo ello, si se nos permite seguir hablando en términos ya anacrónicos como ‘izquierda’ o ‘derecha’ política, por supuesto...


No voy a explicar las razones por las que hay que combatir al sanchismo. Ya le he dedicado mucho espacio a ello en nuestra sección. Hemos llegado a ese punto en el que, si el lector se considera de izquierdas y apoya este estado de cosas, debemos dejarlo ir. Pierde el tiempo en esta sección. Respetamos su opinión, pero ya no vamos a justificar ciertos planteamientos. Imperfecta y mejorable, la democracia española está en severo peligro de decrepitud. Y no vamos a perder el tiempo con debates estériles.

El sanchismo y la pseudoizquierda española son un cáncer para un sistema que, por lo demás, tampoco es sostenible: el Régimen del 78. Sin embargo, tan poco hacemos justificando la lucha contra el cáncer que se ha instalado en la pseudoizquierda española como haríamos quejándonos al aire.

Tanto el cambio de régimen como la lucha activa contra el autoritarismo sanchista deben tener su base en un serio replanteamiento de la izquierda. Nuevos partidos, nuevas ideas, nuevas organizaciones.

Por ello, celebramos la aparición de un incipiente partido político de izquierdas que reniega de esta situación. Antes de seguir, desearíamos hacer dos aclaraciones. Por un lado, no tenemos contacto ni relación con la agrupación a la que vamos a hacer referencia. En segundo lugar, a pesar de apoyar casi todas sus propuestas, nuestro ideario andalucista nos invita a mantener cierta distancia con sus planteamientos. Sin embargo, todo cambio y propuesta hacia la dirección correcta es bienvenida.

El autodenominado ‘think tank’ de El Jacobino ha anunciado que se constituirá en partido político de cara a las próximas elecciones europeas. Todo parece apuntar a que no llegarán a las Generales, aunque habrá que verlo. Desde postulados clásicos y, en ocasiones, olvidados de la izquierda, propone un modelo que combata la actual dinámica político social a través de un retorno a la razón como guía de actuación.

El ‘think tank’ nació de un proyecto audiovisual y, de hecho, los vídeos de El Jacobino se pueden encontrar en Youtube. Hasta donde sabemos, su principal promotor es Guillermo del Valle, abogado en activo y colaborador en varios medios de comunicación. En cuanto a sus ideas esenciales, se pueden encontrar en su web: Estado social, reindustrialización, nacionalización de sectores estratégicos, etc.

Como andalucista en su vertiente más regionalista, la única pega que le pondría sería su radicalismo centralizador: “España debe ser un Estado unitario, centralizado políticamente, formado por provincias o departamentos, es decir. por unidades administrativas racionales que no respondan a otro interés que al bien común”.

Una cosa es la necesaria recentralización de la Sanidad y la Educación, entre otras competencias, y otra es perdernos en un centralismo radical de difícil implantación. Sin embargo, hasta donde sé, todavía no se ha constituido como partido y, por ello, habrá que esperar al programa que presentan.

No creo que las propuestas de El Jacobino sean las mejores posibles, la verdad. Sin embargo, la lucha contra el sanchismo y el Régimen del 78 exigen una profunda revisión de la izquierda. Y, aunque imperfecto, cualquier avance en esa dirección debe ser celebrado. Ha llegado la hora de actuar.

Haereticus dixit

RAFAEL SOTO
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