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Rafael Soto | El gaceterismo cordobés

Este es el último de los tres textos que dedico en esta sección, Palabra de Hereje, a los orígenes del gaceterismo andaluz. Una pausa a las columnas centradas en la actualidad que ha sido muy gratificante, puesto que me ha permitido divulgar una materia poco conocida y que me produce un enorme placer. Terminaremos con un acercamiento al gaceterismo desarrollado en la actual provincia de Córdoba a principios del siglo XVII. Unos apuntes que no deben entenderse como un estudio exhaustivo.


El gaceterismo fue un fenómeno moderno, urbanita y global que estableció las bases del periodismo tal y como lo conocemos. Durante el siglo XVI se desarrolló una red de información europea que nutría de noticias a una población que, cada vez más, estaba interesada en saber lo que ocurría en el mundo a través de la lectura y de la oralidad. Una red que se consolidaría a comienzos del XVII y del que Córdoba también formó parte.

Recordemos que el gaceterismo se enmarca todavía en el mercado del libro y que, en este momento, un impresor te puede sacar de las mismas prensas una Biblia, una obra académica o la última batalla acaecida en el Mediterráneo. Sin embargo, hubo algunos impresores más comprometidos con el mercado de noticias que otros. Habría que esperar a mucho más adelante para encontrar gaceteros especializados en exclusiva a la impresión de noticias en España.

Debido a estas redes ya señaladas, tal y como confirman los escasos estudios serios sobre periodismo comparado, los formatos y, sobre todo, las tipologías documentales se repetían de unos países a otros con escasas diferencias. Y también, debido a ello, no existe un gaceterismo andaluz que se distinga en especial de sus equivalentes en Cataluña, Valencia o Madrid. Si bien, sí que había una conciencia regional de mercado editorial.

Llegados a este punto, deseamos compartir unas palabras del gran maestro de imprenta Juan Serrano de Vargas, realizada en el contexto de una queja a las autoridades por los males del mundo editorial: Memorial dado por Joan Serrano de Bargas maestro impresor de libros en Sevilla en Julio de 1625 sobre los excesos en materia de libros (disponible aquí).

Fragmento de la transcripción de Jesús Domínguez Bordona del Memorial dado por... Fuente: Biblioteca Nacional de España.

Como se puede comprobar en la imagen anterior, Serrano de Vargas tenía una conciencia clara y plena de que su mercado editorial era “el Andaluzia”. Hay quien ha señalado, con cierta razón, que el mercado cordobés fue muy limitado y que tuvo las de perder con la imprenta sevillana. Sin embargo, mi opinión personal es que hubo más gaceterismo en Córdoba, y con más calidad, de lo que algunos expertos han estado dispuestos a señalar.

Publicaciones registradas en el Catálogo y Biblioteca Digital de Relaciones de Sucesos entre 1600 y 1630 en la actual provincia de Córdoba.
Sin embargo, hay mucho más sin registrar. Fuente: Catálogo y Biblioteca Digital de Relaciones de Sucesos (CBDRS).

Empezamos nuestro repaso con Montilla. Los documentos de referencia clásicos en los estudios de la imprenta y del gaceterismo se han quedado bastante desactualizados. Sin embargo, lejos de ser algo negativo, quisiera pensar que demuestra los grandes avances que se están alcanzando en los últimos años. Por desgracia, también dan lugar a numerosas inexactitudes, equívocos y situaciones dudosas.

Todos los periodistas montillanos son herederos de Juan Bautista de Morales, primera persona conocida en Montilla que redactara e imprimiera textos informativos, si bien esta producción conservada es escasa y de dudosa calidad. Nació en 1577 y llegó a ser notario, igual que su padre. Su hermano Cristóbal fue hombre de letras, también conocido y reconocido en la localidad.

Por alguna razón desconocida, Morales se asocia el 10 de octubre de 1622 con el maestro de imprenta Manuel Botello de Payva (o Paiva) para establecer la primera imprenta estable conocida en la calle Godoy de Montilla –que denominarían “de la Imprenta”–. El material fue comprado al impresor cordobés Gabriel Ramos Bejarano, para entonces ya afincado en Sevilla.

En principio, del acta notarial relacionada con la fundación de dicha imprenta se extrae que Payva trabajaría para Morales por 50 reales (alrededor de 170 euros actuales), “[…] demas de la cama comida y bebida y ropa limpia cada mes”. Sin embargo, más adelante firmarían cada uno publicaciones diferentes. Quizá la clave esté en una de las cláusulas del acta: “[…] y el dicho Manuel de Paiba de que se haga asiento por un año […]”. Morales empieza a imprimir documentos de toda naturaleza en el propio 1622, mientras que no hay licencias conservadas a nombre de Payva hasta 1625.

Otra cuestión sin resolver es el número exacto de imprentas en el período. El clásico Diccionario de Impresores Españoles de Juan Delgado Casado solo reconoce como impresores en la década de 1620 a Morales y Payva. Sin embargo, tenemos constancia de un tercer impresor, Pedro Navarro, por un documento de 1623. Por último, existió una prensa “del marqués de Priego”, que también operó en estos tiempos y en la que sabemos que trabajó Morales, al menos, de manera puntual.

Serrano de Vargas habla de dos impresores en 1625. De acuerdo con diferentes indicios, la hipótesis más probable es que las imprentas del marqués y de Morales fueran, en realidad, la misma, y que Pedro Navarro cesara su actividad antes de 1625. Una idea que ya esbozó Ramírez de Arellano en el Diario de Córdoba en 1888 (consultable aquí): “Probablemente la tercera imprenta no sería independiente de las de Morales y Payva por más que lleva otro nombre, pues no es verosímil que costease otra el marqués de Priego, habiendo dos en el pueblo”.

Todo esto nos dejaría con Morales y Payva como impresores estables de Montilla. Sin embargo, no es más que una hipótesis. Son cuatro firmas o localizaciones que aparecen en la década de 1620 en documentos informativos, literarios, históricos, etcétera, y cuya existencia y relaciones deberán esclarecer en el futuro los estudiosos de la imprenta montillana.

En cualquier caso, es relevante exponer la cuestión del número de imprentas por una razón: Montilla no dejaba de ser una localidad pequeña bajo el control del marqués de Priego. Como bien señala Serrano de Vargas, no se entiende cómo se pueden sustentar estas imprentas en un espacio “de pocos vecinos y de cuatro hombres de letras medianas”. En especial, si tenemos en cuenta que el impresor salmantino enumera siete imprentas en la Sevilla de 1625.

Volviendo a los hechos fidedignos y contrastados, Morales tuvo pronto un gran éxito editorial que, sin embargo, pondría en entredicho la credibilidad de las prensas montillanas. Su obra Declaración de las prodigiosas señales del monstruoso pescado que se halló en un río de Polonia en Alemania, cuyo retrato se envió a España este año de 1624 [castellano modernizado] (1624) tuvo muchísima difusión. De hecho, fue reeditada en Sevilla por al menos dos impresores –Simón Fajardo (consultable aquí) y Francisco de Lyra (o Lira)– y en Lima (Perú) por Gerónimo de Contreras.

Primera página de la edición hispalense de Simón Fajardo de Declaración de las prodigiosas señales… (1624) de Juan Bautista de Morales. Fuente: Google Books.

Desde luego, el tema del pescado tuvo su tirón, puesto que Morales imprimiría otras publicaciones posteriores sobre la misma cuestión, como el redactado por otro “natural de Montilla”, Diego Ortiz de la Fuente, y que también sería reimpreso por Simón Fajardo en Sevilla: Varios prodigios y prodigiosos monstruos, que se han visto en el mundo. Y explicación de lo que significan el monstruoso pescado del Rio de Polonia en Alemania, y el velludo monstruo que parió Madama Ana mujer de Tomás Drac Conde de Apuria y Caria en la Ciudad de Londres, Corte del Rey de Inglaterra en el Año de mil y seiscientos y veinte y cuatro, y de las tres Lunas que en el mismo año se vieron en Roma [castellano modernizado] (1624).

Si tenemos en cuenta que los primeros grandes éxitos del periodismo montillano hacían referencia a un pescado parlante polaco, creo que no podemos reprocharle a Juan Serrano de Vargas sus críticas a las “mil inventivas y disparates que imprimen y cunden el Andalucía” desde Montilla.

Por su parte, Payva también imprimió documentos informativos, aunque no le conozco obras propias. De él destacamos Famosa victoria, y grandiosa batalla, que las galeras de Malta han tenido, de vna esquadra del Gran Turco (1625) por dos razones. En primer lugar, por su carácter informativo en términos modernos. En segundo lugar, por ser una reedición de una obra impresa por Hernando Rey en Jerez de la Frontera, nueva evidencia del contacto de Montilla con otras ciudades andaluzas. No está en acceso abierto, pero se puede consultar el registro aquí.

Por último, acabamos estos apuntes sobre los orígenes del periodismo montillano con una obra del ya mencionado Pedro Navarro: Famosa vitoria y grandiosa presa, que algunas galeras de Napoles, Florencia, y Sicilia alcançaron de vn renegado morisco natural de Ossuna, General de ocho galeras del turco miercoles quatro de otubre, dia de S. Francisco deste año de 1623 (1623) (consultable aquí).

Portada de Famosa vitoria y grandiosa presa… (1623). Fuente: Biblioteca Virtual de Andalucía.

Sin lugar a dudas, el gaceterismo montillano no fue una anécdota. Tuvo conexiones con otras ciudades como Sevilla o Jerez, fue capaz de producir sus propios productos y de reimprimir los ajenos. Donde no triunfa el libro, triunfa la ‘menudencia’. No cabe la menor duda de que hubo más producción que la conservada.

Dejamos Montilla y pasamos a la capital cordobesa. Hablar de los orígenes de la prensa cordobesa exige hacer referencia a la saga de los Cea Tea (sobre las sagas de impresores, recomendamos la lectura de Familia y gaceterismo andaluz; sobre la saga de los Cea Tea, les invitamos a echar un vistazo a este artículo de Carlos Collantes Sánchez). Nos centraremos en esta familia, aunque hubo otros impresores menos relevantes en la ciudad.

De acuerdo con Ramírez Arellano, el primer Cea que hubo en la ciudad fue Juan de Cea, caballero que acompañó a Fernando III ‘el Santo’ en la toma de Córdoba. En cualquier caso, la familia tuvo su residencia hasta tiempos cercanos en la conocida como ‘Casa del Indiano’.

Francisco de Cea fue el primero de una saga de impresores que ejercería en la ciudad durante más de un siglo. En este sentido, Valdenebro y Cisneros señala: “Francisco de Cea comenzó á imprimir al Alamilo, lugar de la ciudad de Córdoba que no se sabe hoy cuál fuera, en 1588, y su nombre continúa viéndose al pie de las portadas de libros cordobeses hasta 1620”.

Fragmento de Carta escrita por Diego de Ibarra… (1617). Desconocemos si la xilografía usada es decorativa o si tiene algún guiño a la ciudad de Écija. En cualquier caso, la calidad del documento en innegable. Fuente: Biblioteca Virtual de Andalucía.

Joya del gaceterismo cordobés es Carta escrita por Diego de Ibarra. Mercader vizcaino vecino de la Corte de Madrid, á Joan Bernal su corresponsal en la ciudad de Córdova, en que le da una breve relación del estado de todas las cosas notables, que oy pasan en Europa, particularmente de los buenos sucesos del Duque de Osuna con la presa que ultimamente hizo de tres Galeras, con más de cuatrocientos mil ducados (1617) (consultar aquí).

Como es propio de los avisos de la Corte, Carta escrita por… (1617) es una recopilación de avisos, o sea, de pequeñas informaciones autónomas o independientes entre sí que se caracterizan, casi siempre, por su brevedad y concisión, y que son antecedente directo del género de la noticia.

En este tipo de documentos, un narrador –en este caso, Diego de Ibarra– ha logrado recopilar en la Corte de Madrid, gran nodo informativo de la época, los relatos de diferentes hechos noticiosos. El autor lo transmite por vía manuscrita a un interlocutor –en este caso, un tal Juan Bernal– con el que mantiene una relación de vasallaje, amistad u otro. Invitamos a revisar la anterior imagen: “No hay en esta Corte otra novedad notable, de que poder dar cuenta, cuando la haya avisaré, como vuestra merced me lo manda” (castellano modernizado). Conviene recordar que el vasallaje impone la obligación de mantener informado al superior. Al final, si este receptor desea difundirlo a través la imprenta, obtenemos un documento como el que nos ocupa.

Hay poco conservado en España de este formato, y es indicio sólido de que tuvo que haber más cantidad y calidad informativa en las prensas cordobesas de lo que conservamos. Sin duda, Carta escrita por… (1617) es una joya irrenunciable del patrimonio periodístico cordobés de la que, en la actualidad, se conservan al menos dos ejemplares en la sede de Recoletos de la Biblioteca Nacional de España.

El hijo de Francisco de Cea, Salvador, continuaría con el negocio familiar y también publicaría textos informativos. Su hermano Manuel llegó a publicar alguna obra puntual, como el texto del astigitano Rodrigo de Aguilar, Nueva y verdadera relacion, de vn lastimoso caso que sucedio a ocho dias deste presente mes de Nouiembre y año de mil seiscientos y diez y seis, en la ciudad de Ecija, donde se declara el grande estrago y muertes que hizo en casa del Doctor Bermudo, medico, vn esclauo suyo, Martes al amanecer, y la justicia que del se hizo, lo qual hallara el curioso Lector en este pliego, digno de ser leydo y oydo. Ordenado por Rodrigo de Aguilar, natural de Ecija (1616) (consultar aquí).

Por poner un ejemplo de publicación informativa impresa por Salvador de Cea Tea, vale la pena mencionar Traslado de una carta que vn vecino de la civdad de Cordoua, en que le da cuenta del diluuio, y ruyna, que el Rio Guadalquiuir ha hecho en la dicha ciudad de Seuilla, y Triana, rompiendo la puerta del Arenal, y destruyendo, y anegando las dos partes de la ciudad, derribando casas, ahogando personas, y vestias, destruyendo haziendas, dexando a muchos pobres, lleuandose del Arenal toda la mayor parte de las mercaderias que vinieron de indias. Y como la santa Iglesia de Seuilla sacò en procession el Lignu Cruzis y grandes rogatiuas a N. Señora de los Reyes. Empeço en Seuilla la creciente Domingo 25. de Enero deste año de 1626. a las dos de la mañana (1626).

Primera página de Nueva y verdadera relacion, de vn lastimoso… (1616). Fuente: Catálogo y Biblioteca Digital de Relaciones de Sucesos (CBDRS).

Sin lugar a dudas, todo lo expuesto resulta insuficiente para una divulgación exhaustiva de los orígenes de la prensa en la provincia de Córdoba. Sin embargo, sí esperamos haber ofrecido unos pocos apuntes para la divulgación de las obras y los nombres más relevantes.

Es preciso realizar una reinterpretación crítica del gaceterismo cordobés. Sin duda, nos vemos limitados por la conservación documental, pero tampoco podemos perder de vista que Córdoba no tuvo una universidad, ni tuvo instituciones, ni apenas tuvo intelectuales bibliófilos que conservaran el inmenso patrimonio que debieron generar sus imprentas.

Con este texto despedimos las tres publicaciones centradas en el gaceterismo andaluz que tenía intención de hacer y, a su vez, este año tan raro que ha sido 2021. Solo queda agradecer la atención de los que estáis ahí cada dos semanas y desear lo mejor para el año que viene.

Haereticus dixit.

RAFAEL SOTO
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