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Aureliano Sáinz | Arte contra el Cambio Climático

Vivimos en una sociedad dominada por el presentismo y la fugacidad, características de las que ya hablaba el sociólogo polaco Zygmunt Bauman cuando teorizaba sobre lo que él llamaba “modernidad líquida”, como si en estos tiempos nos asentáramos no sobre una sólida base terráquea sino sobre un mar de olas que se agita según los vientos dominantes.


Y apunto esto porque recientemente hemos recibido el contundente informe que expertos de las Naciones Unidas han realizado sobre el Cambio Climático que ya estamos viviendo, al tiempo que indican medidas necesarias para frenarlo en unos plazos definidos, puesto que si esas medidas no se llevan a cabo, el futuro puede ser aterrador.

Aunque mucho me temo, teniendo en cuenta lo que nos decía Bauman, que este informe convertido en impactante noticia y que ha conmocionado más de una conciencia, pasados los días empezará a olvidarse –o, peor, a cuestionarse–, pues toda acción que se tenga que realizar a medio o a largo plazo pasa a un segundo plano arrinconada por otras noticias, también fugaces, que saldrán a la palestra en los medios de comunicación y en las redes sociales.

Creo que no es necesario que indique que el cambio climático hay que tomárselo verdaderamente en serio, ya que lo estamos viviendo de modo directo en nuestras latitudes con las olas de calor que desde hace algunos años azotan la mitad Sur de la Península.

De todos modos, soy consciente de las enormes dificultades que ello presenta, pues supone casi una revolución en la economía, la producción y en las actuales formas de desarrollo. No podemos olvidar que estamos insertos en un hipercapitalismo de rango mundial, lo que implicaría transformaciones profundas que muchos países, especialmente los más poderosos y los más contaminantes, no están dispuestos a llevar a cabo.

Pero no solamente debemos esperar esas medidas tan necesarias por parte de quienes nos gobiernan; también hemos de modificar muchos de nuestros hábitos y costumbres, ya que el modelo social en el que vivimos, en gran medida, lo hemos interiorizado, tanto en nuestros valores como en las ideas y en nuestras rutinas cotidianas.

Es necesario cambiar la idea tradicional tan afianzada en la mente de la mayoría de las personas de que “la Tierra nos pertenece”, por otra más realista de que los seres humanos somos naturaleza y formamos parte de ella. Esto que debe divulgarse en los medios de comunicación con criterios científicos, también lo debemos llevar adelante en el ámbito educativo, puesto que las nuevas generaciones se encuentran en proceso de formación, de modo que aceptan sin tantas barreras y prejuicios los nuevos retos en los que se encuentra la humanidad.

Así pues, los profesores no podemos estar al margen de la realidad social y los conflictos en los cuales nos encontramos insertos y seguir explicando rutinariamente unos programas anquilosados. Más aún, los que pertenecemos a la Facultad de Ciencias de la Educación en la que preparamos a los futuros docentes, que serán los que continuarán la labor formativa en los niños y adolescentes.


Basándome en lo que he expuesto, y en algunas materias de Educación Artística, he planteado en la clase temas de contenido social que para los estudiantes tienen especial relevancia. Así, la igualdad de derechos de ambos géneros, los valores de la paz, la violencia en la sociedad, las desigualdades y la pobreza en el mundo, la defensa del Medio Ambiente o la denuncia del Cambio Climático han sido cuestiones que hemos ido abordando cuando trabajamos la técnica del collage, enfocado como un cartel con un significado educativo.

Previamente les hablo de los grandes cartelistas que, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, han trabajado en este medio gráfico en el que se articulan arte, comunicación y publicidad. Y puesto que los estudiantes algún día serán maestros o educadores sociales, utilizamos los medios más sencillos, como son las imágenes de revistas recortadas, para que un día ellos puedan aplicarlos en las aulas sin dificultades.


Los resultados suelen ser mayoritariamente bastante creativos y cargados de imaginación. Es el caso del que he seleccionado para la portada de este artículo, en el que aparece el rostro de un personaje a partir de la imagen del planeta, con los ojos cerrados y del que se desprende una lágrima. El lema que ha utilizado, “Ya es hora de salvar el Planeta”, sirve como advertencia de que el tiempo se nos echa encima.

Por otro lado, en el interior del texto hemos visto otros dos carteles con la técnica del collage. En uno aparece una especie de árbol, como símbolo de la naturaleza, con las hojas realizadas a partir de ojos recortados y con el lema “Cuídalo, formas parte de él”. En el siguiente, como si fuera un mosaico de imágenes contrapuestas, nos ofrece un mensaje de esperanza cuando se indica “Aún estamos a tiempo”.


En ocasiones se acude al sentido del humor como elemento de denuncia. Es un planteamiento comunicativo distinto en el que se utiliza la ironía como fondo del mensaje en el que se busca la sonrisa cómplice de quien observa la composición.

Es el caso del cartel anterior en el que aparece una pareja de clase alta, realizada con figuras de plastilina, brindando con champán en un entorno que se asemeja a los fiordos noruegos. Como puede apreciarse, la autora acudió también a recortar las letras que componen la frase en la que podemos leer: “Déjate de fiestas. Cuida a tu medio”.


Otras veces, se busca una idea con la intención de expresar visualmente lo que se desea comunicar sin la necesidad de acudir a palabras, dado que la propia imagen sirve como concepto que es entendido por el receptor del mensaje. Así, acabamos de ver un reloj que va marcando las horas, de forma que en las primeras aparecen unos entornos naturales cuidados, al tiempo que, una vez traspasada la mitad, comienzan a sentirse los deterioros producidos por la contaminación industrial, de modo que, acercándose a las 12 horas, se abre una interrogante que nos indica la incertidumbre del futuro que nos espera.


La creatividad, como hemos comprobado, se expresa a un alto nivel cuando se opta por realizar un collage sin que aparezca ningún lema o eslogan. Es lo que acontece también con el realizado por una alumna que, antes de que se produjera la polémica por el vídeo divulgado por el ministro de Consumo alertando de que uno de los factores contaminantes son las macrogranjas y el excesivo consumo de carne que ha crecido con la proliferación de tiendas burgers de conocidas marcas estadounidenses, cuyas hamburguesas, como si fueran platillos volantes, llegan a cualquier rincón del Planeta.


Si hubiera que destacar un factor en el que más insisten los estudiantes en sus collages es el que hace alusión al consumismo que nos devora. Quizás esta idea contrasta con la que se tiene de la actual generación de jóvenes, que ha sufrido la crisis económica y que les ha abocado a contratos precarios, en el sentido de que es una generación consumista que está ausente de los problemas sociales que nos acucian en la actualidad.

Bien es cierto que, en el estado de la pandemia en la que nos encontramos, se han extendido las imágenes de botellones y fiestas al aire libre sin control llena de gente joven que los medios han divulgado. Pero cabe preguntarse: ¿cuántos jóvenes de los millones de españoles que se encuentran en esas edades participan en esos jolgorios? ¿Representan a toda la población joven, o es un sector el que “pasa olímpicamente” de las normas porque para ellos lo prioritario es divertirse por encima de todo?


Si uno se detiene a pensar puede comprobar que es solo una parte que no representa a la totalidad que sufre los estragos de la crisis económica, la pandemia y los absurdos valores del consumismo con los que muchos de ellos no están de acuerdo.

Así pues, he cerrado con los dos collages precedentes, referidos al excesivo consumismo que invade las sociedades desarrolladas y que son fuente de producciones innecesarias que afectan al equilibrio medioambiental, como una propuesta de trabajo en la que mis alumnos y alumnas han expresado las visiones que tenían de la relación con el Medio Ambiente y el Cambio Climático convertidos en un tema de alta preocupación.

AURELIANO SÁINZ