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María Jesús Sánchez | Luces de Bohemia

Es verdad lo que dicen las voces del mundo de la cultura: ir a un espectáculo es seguro. Hay un protocolo rígido, se mantienen las distancias de seguridad y, en todo momento, portamos la mascarilla salvadora. Estuve viendo hace poco, por segunda vez, la obra teatral de Valle Inclán titulada Luces de Bohemia.


No fue una segunda vez predeterminada. Simplemente, cuando subieron el telón, me di cuenta de que esta magnífica representación del Teatro Clásico de Sevilla la había visto tiempo atrás. Pero mereció la pena verla de nuevo porque muchas de las reflexiones que se hacen de la sociedad y de la política están totalmente vigentes.

Escrita en los años veinte del siglo XX, Luces de Bohemia describe el esperpento que aún en pleno siglo XXI vivimos. Seguimos con desigualdades, con falta de justicia social, con persecución al diferente y denostando al librepensante. Políticos que se disfrazan para chupar del bote del erario. Pobreza intelectual y que aviva el mal ingenio. Gentes que se dedican a robar a los que menos tienen.

La representación era sobria, pero cargada de verdad y de reflexiones vitales. Somos el país del esperpento. El final fue muy emocionante y emotivo: un grupo de actores que nos habían llevado a pensar y a sentir bajaban sus cabezas en muestra de agradecimiento a un público cubierto con mascarillas y que aplaudía con entusiasmo.

Sus ojos agradecían no solo el aplauso, sino la valentía de haber pasado la puerta, comprado una entrada y haber apostado por la cultura, tan necesaria en estos tiempos. Fue un mismo final teatral, pero un final humano muy diferente al mundo antes de la pandemia. No fueron las mismas representaciones. Desde aquí me inclino hacia todos aquellos que nos alimentan el alma con sus creaciones y con sus puestas en escena. ¡Bravo!

MARÍA JESÚS SÁNCHEZ
FOTOGRAFÍA: TEATRO CLÁSICO DE SEVILLA