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Ángel Fernández Millán | Soluciones contra la sequía

La pertinaz sequía era la expresión utilizada durante el franquismo para hacer digerible la falta de infraestructuras hidráulicas y sus consecuencias entre la población: restricciones, carencia de depuradoras de aguas residuales y otros déficits relacionados.


Andalucía está en estado de sequía desde hace varios meses y las reservas de sus cuencas hidrográficas por debajo del 30 por ciento, casi la mitad de la media de los últimos diez años. De la gravedad de la situación da cuenta el hecho de que la mayoría de las diócesis han iniciado ya rogativas para que las lluvias empapen nuestros campos.

La Junta de Andalucía ha anunciado obras de emergencia en diferentes zonas por un importe de 17 millones de euros para remediar los casos más urgentes de escasez en el abastecimiento de poblaciones. En la cuenca del Guadalquivir se anuncia una cuota de agua para riego en torno a los mil metros cúbicos por hectárea y año, cuando lo necesario se sitúa entre los tres y cinco mil metros cúbicos por hectárea.

El calentamiento global dispara la evaporación y reduce drásticamente el agua embalsada. En este contexto todo apunta a que nos encaminamos casi sin remedio a una emergencia climática con impactos devastadores en la agricultura, la ganadería y el turismo.

Cuando aún nos encontramos en medio de una crisis pandémica de incierto futuro, es necesario analizar las soluciones disponibles para combatir los efectos de la sequía. La primera opción que tenemos a corto plazo es la reutilización del agua.

Reutilización de las aguas residuales tratadas.

Andalucía sólo reutiliza el 4,8 por ciento de sus aguas residuales tratadas, por debajo de la media nacional, que se sitúa en el 11,21 por ciento, según datos del Colegio Oficial de Biólogos de Andalucía (COBA).

El biólogo del COBA Francisco Mora, experto en el tratamiento y la reutilización del agua, ha señalado que ese 4,8 por ciento suponen 101.541 metros cúbicos reutilizados de los 2.113.908 metros cúbicos tratados.

Mientras, en España se reutiliza el 11,21 por ciento (1.534.100 metros cúbicos reutilizados de los 13.684.537 metros cúbicos tratados), según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2018.

Para Francisco Mora, que está al frente de la planta de tratamiento de aguas de Agro Sevilla Aceitunas en la La Roda de Andalucía (Sevilla), es de destacar "el esfuerzo de las industrias agroalimentarias en Andalucía para depurar sus aguas en origen y compatibilizar el desarrollo industrial con el respeto al medio ambiente, el cual debe ir de la mano de la Administración pública fomentando medidas programadas para solventar las deficiencias en el saneamiento de aguas residuales urbanas".

La reutilización de las aguas residuales tratadas es uno de los pilares de la economía circular y uno de los ejes del Plan de Recuperación y Resiliencia que España ha diseñado para implementar el Pacto Verde de la Unión Europea.

Desalación

La segunda opción ante la sequía es la desalación del agua de mar y la de las aguas salobres. En Andalucía, las desaladoras de mayor capacidad se concentran en la provincia de Almería. La del Bajo Almanzora produce 15 hectómetros cúbicos al año, garantiza el agua a 140.000 habitantes y riega más de 24.000 hectáreas. La de Carboneras tiene una producción de 42 hectómetros cúbicos por año, beneficia a 200.000 personas y asegura el riego a más de 7.000 hectáreas. La del Campo de Dalías produce 30,1 hm3 /año y suministra a 300.000 habitantes.

En la provincia de Málaga, la planta de El Atabal es una de las mayores desaladoras de España y produce 76 hm3 /año. La de Marbella suministra agua de calidad para la Costa del Sol y es una pieza clave para el mantenimiento del sector turístico.

Granada, Cádiz y Huelva no disponen por ahora de desaladoras de gran capacidad, pese al déficit hídrico y la sobreexplotación de los acuíferos en el entorno del Parque Nacional de Doñana

ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR