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El atracón de Podemos

El malestar europeo contra sus partidos tradicionales se expresó de muy diversa manera en la europeas. En Francia ganó la hija de Le Pen; en Grecia, la izquierda radical de Syriza. En Italia, Beppe Grillo, aunque ya en baja, pasó del 20 por ciento. En España, unos neotrotskistas bautizados como Podemos casi llegaron, pero sin pasarlo, al 8 por ciento.

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Pareciera que tienen mayoría absoluta y, en cuanto a presencia mediática por tierra mar y aire y en sesiones de mañana, tarde y noche, ni los mejores agentes del Komintern o del Reich hubieran podido soñar con tan inmejorable nivel de agitación política con ellos como referente.

El atracón que la sociedad española está deglutiendo de Podemos solo tiene parangón en un sueño de Gargantua. Nada que objetar. Cada cual se come los pollos que quiere. Cada medio es muy libre de convertir a Belén Esteban en princesa del pueblo y luego sustituirla en la cochiquera por un mozo con coleta y presentarlo a presidente de Gobierno o a Chiquilicuatre y mandarlo a Eurovisión.

Por ahora, donde está, es en el Parlemento Europeo, con otros cuatro, y lo que tiene es un montón de pájaros volando que le hacen delirar en que convertirá a España en la Unión de Repúblicas socialistas, bolivarianas y comunales de la Iberia Citerior e islas adyacentes con una asamblea de perroflautas como parlamento y con la momia de Chávez como icono ante el cual juren los embajadores extranjeros.

Despues de unos días discutiendo con ellos, me van a perdonar que me los tome como lo que son. Unos chicos de mi facultad que se han encontrado en un momento en que les ha sonado una flauta.

Las críticas que ellos hacen al sistema, a nuestra democracia, a nuestra clase política y a nosotros mismos las comparte cualquier español decente. Que los gobernantes no se enteran de la desafección del pueblo que gobiernan ha contribuido aún más a ello. O sea, que hay cabreo generalizado.

Mucho y muy impostado desde una izquierda que ahora maneja el mantra de que un austericidio (que en sí mismo es un dislate porque significa "matar la austeridad") ha sumido en la miseria al pueblo.

En realidad, lo que había, porque así lo dejaron: era un país cayendo a peso muerto por un despeñadero que era de “habernos matao” y que ellos tuvieron algo que ver en el desastre. Pero no, porque ellos solo quieren el bien para el pueblo y son estupendos de oficio.

Las críticas que ahora encabeza y de las que se nutre Pablo Iglesias el Mozo –para no confundirlo con el fundador socialista- están muy cargadas de razón. O sea, que se comparten por muchos.

Ya empieza a haber cierta disputa en que ha sido la maligna derecha, que es la hija mayor de chico pequeño de Lucifer, la culpable de todos los males, porque resulta que lo que han hecho sus colegas del buen rollo años de atrás, y muy mayormente los del cuentanubes, es de alivio de luto.

Pero una cosa es la crítica y otra las recetas. ¿A alguien en su sano juicio se le ocurre pensar como sería nuestra vida con Iglesias, Monedero y Errejón, como presidente y ministros de Economía y Exteriores-Interior?

Una cosa es hacer Agitprop en las teles de los rojos –Berlusconi y Lara, por cierto- en la que luego habría que poner, alcanzado el poder, a los comisarios politicos (vayan mandando los currículum al “camarada Cintora”) y otra lo de comer, llevar a los chicos al colegio y pagar las pensiones.

Me parece y me da que la burbuja de estos redentores está cada vez más hinchada, tiene encantada a la gente que menos se esperan. Porque lo que está sucediendo es que tienen descuartizada a la izquierda, que es lo que ya tenía advertido Vladimir Ilich Lenin con estas “enfermedades infantiles” y muy revolucionarias. Que a quien tienen de los nervios es al neonato Sánchez y al paleo comunista Lara

O sea, que no se si sacarán un 10 o un 15 o un 20 por ciento. Pero sí sé que las sociedades democráticas occidentales tienen mejores referencias y, sobre todo, cierta información de sus paraísos. O sea, que veremos cuánto quedan en la mano y en las urnas de tanta bandada.

Aunque, personalmente, es de pensarse hacerse intelectual de Podemos, okupa de algo y ponerse de moda. Porque molar, molar, mola. Y cuando la burbuja explote se escribe que fue “el mayo”. Y que además en éste sí estuvimos

ANTONIO PÉREZ HENARES